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22 junio 2006

Fukuyama en Chile


El próximo 29 de Junio estará dictando un Seminario en Chile el pensador norteamericano Francis Fukuyama. Autor del polémico trabajo "El fin de la Historia y el Último hombre", viene laureado por sus auspiciadores como el pensador contemporáneo de mayor influencia en el último tiempo.
Acotando el tentador slogan, la posibilidad de influencia de Fukuyama, creo, estaría casi exclusivamente dentro de las esferas más conservadoras del pensamiento social norteamericano. Fuera de esos límites, sus ideas han sido profundamente criticadas y confrontadas severamente con la realidad. Pero claro, muchas veces el poder está, efectivamente, entre los primeros.
Fukuyama, Doctor en Filosofía y Letras (formado en Harvard y Yale), fue Director Adjunto de Planificación Política en el Departamento de Estado de los EE.UU. y su salto a la fama lo dio cuando, decíamos, proclamó el fin de la historia.
A continuación, dejo con ustedes algunas referencias de Eduardo Ortiz quien, de buena forma, sintetiza las ideas y críticas ante tan relevante visita.

A partir de un artículo publicado en 1989 -que luego transformó en libro- [Fukuyama] sustentaba la idea que la Historia tiene un sentido único, evolutivo y coherente. Su sutento estaba en considerar la experiencia de todos los pueblos en todos los tiempos. Así, de los acontecimientos que llevaron al fin de la guerra Fría, Fukuyama concluyó que la Historia, como progreso unilineal, estaba terminando con el asentamiento del liberalismo y del desarrollo económico. La historia llega a a su fin porque la ciencia permite la la conquista de la naturaleza y gracias a ello las necesidades materiales del hombre pueden ser satisfechas. Fukuyama cree que no es posible revertir la ola creciente de expectativas económicas que acompaña al proceso de desarrollo económico, el que también es visto como formando parte de la línea de progreso histórico. La última fase de este proceso es la universal aceptacion de la superioridad del capitalismo sobre todas las otras formas de manejo económico. Aunque Fukuyama abre la posibilidad de que el triunfo del capitalismo liberal y de la democracia puedan dar origen a otras etapas, lo cierto es que él cree firmemente que esta victoria es final: nadie querrá moverse más allá. ¿Para qué si el máximo posible de bienestar es alcanzado de esta manera? Otros, como Imanuel Wallerstein que en una serie de artículos refuta el plantamiento de Fukuyama, sostienen que el capitalismo liberal no es el mejor destino final para la humanidad y que la proposición de éste se basa en la premisa del "excepcionalismo americano" que plantea la imagen ideal de los EE.UU. recomenzando la vida después del fin de la Historia, cual faro que guía a otros Estados a su "estación final". Wallerstein ataca a fondo las tesis de Fukuyama y en especial la metáfora del tren siendo conducido a destino por la locomotora. Es decir los EE.UU. liderando a los demás Estados de la tierra hacia la felicidad al indicarles cuál es el camino correcto. La crítica de Wallerstein responde a su concepción enteramente diferente del funcionamiento de la economía mundial que, a su juicio, está organizada en una dependencia estructural. La crítica más efectiva de Wallerstein a la idea del fin de la historia con el advenimiento del capitalismo es la que sostiene que el triunfo de éste a escala mundial no es algo nuevo ni reciente, ya que en el S. XIX el capitalismo ya era un único sistema que se expandido por todo el orbe. El triunfo del capitalismo puede trazarse hacia ese momento. Tanto el triunfo del bolcheviquismo en 1917, como la revolución China en 1949, sólo significaron el retiro temporal de esas naciones del sistema capitalista mundial, pero permaneciendo como parte de él. De la misma manera, él no acepta que con el fin del comunismo en la Unión Soviética y la Europa del Este esta área haya ingresado al sistema capitalista porque en verdad nunca lo dejó.

Por último, quisiera destacar la idea del conformismo positivo que Fukuyama vislumbra entre las sociedades que han abrazado el modelo capitalista. Occidente -especialmente occidente- siempre ha estado atravesado a lo largo de su historia por contradicciones y profundos conlfictos. Cada logro alcanzado (emancipación de la mujer, Derechos Laborales, Humanos, etc.) ha sido a base de sacrificio y de costos tremendamente importantes. Uno de esas puntas de lanzas, reconozcámoslo, fue la oposición del movimiento obrero al modelo económico malvadamente implementado. Como plantea Anne-Cécile Robert, En cada período de su historia, las sociedades occidentales son el resultado de esas relaciones de fuerza. Esto está lejos de desaparecer.
Lo que se ha buscado en el utlimo tiempo por parte de los grandes actores ha sido el borrar el disenso, cuestionando así cualquier ideal que se aleje de los márgenes tolerables por ellos. Y Fukuyama ha sido una de sus inspiraciónes.