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08 agosto 2011

Felipe Lamarca Revienta la Teta 9 de Julio

29 julio 2011

Obama Loses 36,000+ Twitter Followers in #Compromise Campaign [STATS]

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26 julio 2011

Pearl Jam: el Documental

Adelanto del documental que recopila 20 años de carrera de una de las mejores bandas del Universo.

Pearl Jam Twenty from Pearl Jam on Vimeo.

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Women in the boardroom: The wrong way to promote women | The Economist

Women in the boardroom: The wrong way to promote women | The Economist

01 febrero 2007

CUBA


Este post viene con alguna carga anímica-emocional adicional. Tuve la oportunidad de conocer Cuba durante Enero con el fin de tener unas -¿merecidas?- vacaciones. No quiero entrar yo a comentar lugares cómunes relacionados con el régimen castrista: La isla -"la más grande de las Antillas" como ellos la llaman con cariño- es mucho más que un socialismo real en eterna marcha blanca o un espacio de permanente proselitismo panfletario, esto último con la evidente motivación de querer ocultar las deficiencias y restricciones inexplicables que caen sobre la ciudadanía, las cuales no tienen otro responsable más que los que han dirigido la revolución durante todo este tiempo. Es mucho más.

Mi esperanza es que Raúl inicie el largo y dificultoso camino hacia la transición democrática. Luego de que no esté Fidel, él y su círculo deberán tener conciencia que el predominio de los Castro está más cerca de la obediencia/agrdecimiento hacia sus personas que en el convencimiento con actual modelo. Y el colapso de la actual estructura estatal -con una presencia permanente en casi todos los aspectos de la vida cotidiana, incluso de manera subjetiva-no es una vía que traiga resultados beneficiosos a futuro, especialmente para las clases medias y bajas (ya vimos lo que pasó en Rusia tras la entrada del combo Economía de Mercado desregulada-Transición Democrática).Por supuesto, en todo esto lo que diga y haga EE.UU. resultará fundamental. Hoy ya se supo de algunos avances y pequeñas posibilidades de díalogo.

Dejo con ustedes un artículo que apareció en La Nación Domingo del día 28 de Enero escrito por la periodista Katia Rodríguez. Se titula "Cuba en los Descuentos de Fidel"


Fidel Castro. “Hace cinco meses que no lo vemos en la televisión. Eso es
algo, un descanso; cualquier cosa es algo cuando uno cree que se acercan
los cambios en este país”.

Así me dijo el mesero de un café de La Habana Vieja, mientras yo tomaba
foto del cartel oficial que se hizo para los 80 años del líder máximo de la
revolución, y en el que, justo encima de su fusil de guerrillero, le desean
que cumpla 80 más.

Pero es difícil creer que éste sea el deseo profundo de todos los cubanos.
Aun cuando muchos lloran su enfermedad y ruegan por el restablecimiento de
su salud, el día a día cubano es otro paciente enfermo de dolencias
sociales generalizadas a punto de colapsar. Y el gran deseo pareciera ser
la cuenta regresiva, que tiene como único indicador un expectante y
críptico silencio.

Las calles del país están desiertas, como si existiera un toque de queda,
lo que hasta cierto punto es una verdad innegable cuando no es posible
contar con ningún medio de transporte público a partir de ciertas horas de
la noche en algunas barriadas no centrales de la capital. El puñado de
taxis estatales que funciona contra pedidos telefónicos y la autorización a
los viejos autos americanos particulares para circular por las arterias
principales de la ciudad, más una limitada red de buses siempre repletos de
gente que viaja por más de una hora de pie, son signos visibles de la
privación de libertad de la vida nocturna para cualquier ciudad.

Además, como si fuera normal, el país sigue incomunicado con el mundo.
Internet, por ejemplo, es inaccesible. Extremadamente controlada, los
servidores sólo proveen de conexión a los ministerios o a ciertos centros
laborales del Estado que justifiquen el acceso a la información.

El pirateo de conexión, sólo para acceder al correo electrónico, es la
única alternativa a mano para unos pocos particulares. Por ello se pagan
hasta 20 CUC (la primera moneda oficial de cambio con equivalencia similar
en dólares o euros), una suma altísima teniendo en cuenta que un salario
medio en pesos cubanos (segunda moneda oficial de Cuba) equivale a 15
dólares por mes.

La televisión, único puerto noticioso que difunde la información oficial,
no ha cambiado su línea editorial: de cara al sol por su aliado venezolano
y al pie del cañón contra el sempiterno enemigo, Estados Unidos. El 2007
arrancó con la amplia cobertura en todos los medios de la visita de un
grupo de pacifistas norteamericanos a la base naval de Guantánamo, para
denunciar la ausencia de procesos judiciales y los abusos cometidos contra
los 395 prisioneros –presuntamente terroristas– después de cinco años de
detención. La campaña informativa de adhesión a los pacifistas no era una
noticia anodina.

Casi al mismo tiempo, Amnistía Internacional –la ONG de referencia en
materia de derechos humanos– publicó su informe sobre los cinco meses de
mandato de Raúl Castro, estimando que el Gobierno ha cambiado sus métodos
de represión, reemplazando las condenas de larga duración por otras
acciones de menor intensidad, pero sin dejar de remarcar que “se continúa
violando el derecho a la libertad de asociación, de expresión y de prensa,
la circulación de personas, el derecho de información y de reunión, así
como la posibilidad de trabajar libremente fuera de la tutela del Estado y
de organizar sindicatos o partidos políticos”.



LOS FRIJOLES DE RAUL

El escenario político cubano está permeado de escepticismo. Imaginar a Cuba
sin Fidel sigue siendo un ensayo intelectual sin terminaciones. Un juego de
roles, un cambio de vestuarios, un guión de preguntas y respuestas por
venir, un experimento musical del “ya viene llegando” del cantante cubano
Willy Chirino, que mientras más se acerca, más incrementa la ansiedad y
también la incertidumbre.

Sin embargo, la realidad, aunque hable sólo por sus aproximaciones, está
por delante de un temblor de tierra y de esta llamada era “raulista” que,
si bien no encarna el pasaje a la transición real, proporciona parcelas de
esperanza a quienes ven en él a un líder “abastecedor”, lejos de la
política exterior y gran protector de sus tropas armadas, signo de un
paternalismo necesario a los cubanos. El hermano de Fidel está lejos del
idealismo y de la oratoria, pero cerca de la realidad de las familias.

Una señora muy gorda y enferma me lo dijo con palabras muy sencillas:
“Raúl no es Fidel. Raúl es un padre de familia. No tiene carisma y es un
bruto, pero ha intentado proporcionarnos frijoles. Su línea es dura y nos
llama a la disciplina como si fuéramos militares de sus Fuerzas Armadas
Revolucionarias, pero este pueblo también se ha embrutecido mucho, y cuando
uno se vuelve orfelino nada mejor para reemplazar la pérdida del padre que
enviando al hijo al claustro”.

La popularidad del Gobierno de Raúl es dificil de testear. Los sentimientos
emergentes de pueblo son encontrados. Las nuevas generaciones temen por el
retorno del bastón y la censura, las otras se refugian en el continuismo.

Raúl, mientras tanto, escoge sus palabras para crear un clima de apertura.
“De justificaciones estamos cansados en esta revolución. Revolución no es
mentir”, como dijo en la octava sesión de la Asamblea Nacional de los
Poderes Populares, que tuvo lugar en diciembre de 2006.

Los cubanos, acostumbrados a leer entre líneas y a responder con
ejemplos,dicen que lo mejor que ha dicho Raúl al terminar uno de sus
discursos es “Viva Cuba libre”, ahorrándoles por primera vez el eslogan de
“Patria o muerte” que durante años ha retumbado en sus oídos.

Muchos reconocen que Raúl está imponiendo un cambio de estilo en la
dirección del país, pero en el cambio no asoma la intención de transformar
radicalmente el sistema político ni la organización de la economía; la
gente reclama su rol en el control directo de las finanzas nacionales y en
la posibilidad de inquirir a la dirigencia política sin miedos a una
sanción, lo que aún está lejos de ser un hecho consumado.

OXIGENO A GOTAS

El libre mercado y la libre iniciativa apenas existen. Las únicas
actividades privadas, independientemente de la producción agrícola a través
de cooperativas, siguen siendo la gestión gastronómica privada con una
autorización de sólo 12 cubiertos para abrir un restaurante, al igual que
el alquiler de habitaciones en casas particulares, ambas actividades
gravadas por un impuesto de alta tarifa fija.

La situación económica es precaria, aun cuando la ayuda venezolana haya
permitido alumbrar la ciudad y se hayan terminado los famosos “apagones”
que durante los dos años precedentes dejaron sin luz a municipios enteros,
por falta de petróleo para suministrar energía a los domicilios. Y aunque
la tasa de crecimiento de Cuba es oficialmente del 12,5%, la traducción de
dicha cifra en la vida cotidiana es sencillamente inimaginable.

La calidad de vida de los cubanos aspira a ser mejor que la que hubo antes
del período especial (iniciado en 1989, junto con la caída del muro de
Berlín y el fin de las relaciones privilegiadas con el comunismo del Este),
pero ese nivel está lejos de alcanzarse con la muy incipiente mejoría de la
salud, la vivienda y la alimentación (que ha sido posible gracias a la
producción de las cooperativas privadas, las que garantizan el 75% de los
productos de la tierra en los agromercados).

El impacto de la mejoría no se puede apreciar. Los salarios bajísimos, la
existencia de tres monedas convertibles, la ausencia de personal
especializado en los servicios de salud y un fondo urbanístico
deteriorándose por falta de presupuesto hacen de Cuba un país hundido en
sus ruinas.

Los observadores agudos y grupos de intelectuales críticos que intentan
expresarse en reuniones privadas no se dejan convencer con un mero lifting
de discursos.

La osamenta del régimen cubano está compuesta por una generación de hombres
que bajaron de la Sierra Maestra marcados por las armas y la guerrilla.
Sólo en los años ’90, un grupo de escogidos herederos ha podido dar oxígeno
en gotas a la política con los intentos de reestructuración las últimas dos
décadas, aunque los resultados son los mismos.

La experiencia ideológica sigue siendo la de siempre: una amalgama de
creencias comunes bajo el banderín del antiamericanismo, la culpa del
bloqueo y la necesidad de seguir creyendo en el “socialismo” como único
paradigma social posible. El tema de los espías cubanos detenidos en
Estados Unidos parece estancarse en un camino sin salida jurídica. Se
comenta, a rumor cerrado, que Fidel mismo los delató durante un encuentro
con jerarquías norteamericanas a las que advirtió que él sabía todo lo que
se planeaba contra su persona gracias a sus agentes fuera de Cuba.

Hace ocho años que los cubanos coexisten con este conflicto, un pretexto
más para sustentar la batalla del hombre fuerte de AméricaLatina contra la
superpotencia estadounidense.

EL PASADO NO SE OLVIDA

Cuba flota en estas aguas turbias todavía. A casi 50 años de pensamiento
único aún no se puede soñar con el pluralismo y menos saber qué lugar
tendrán la oposición interna y la disidencia establecida en Estados Unidos,
Europa y América Latina. La voz y el voto de los casi tres millones de
cubanos fuera de la isla siguen en lista de espera para hacerse escuchar.

El pasado 5 de enero se suscitó el primer “pase de facturas” entre los
intelectuales cubanos en pleno “raulismo”. Un cuerpo de reacciones que
escogió como lugar de encuentro la Internet hizo trascender la cólera de
los intelectuales cubanos, de dentro y fuera del país, ante la aparición en
la televisión nacional de un personaje siniestro de los primeros años de la
revolución, Luis Pavón, presidente del Consejo Nacional de la Cultura en
los tiempos del llamado “quinquenio gris”.

Más que un montón de cartas reunidas en un grito común, éste puede ser el
primer plato de lo que será la explosión de la memoria colectiva de los
años que vendrán. Una presentación general que revela hasta qué punto el
pasado no está invitado al olvido.

La sociedad cubana, que ha funcionado a lo largo de estos 48 años bajo una
“política invisible”de transacciones ocultas, tendrá que seguir haciendo
prueba de paciencia hasta que los diarios anuncien que el “mañana” ha
llegado.

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Ah! pueden ver fotos del viaje en www.roxipoxi.cl y pinchen en "Fotos"

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30 noviembre 2006

Sobre Horcas y Líderes Morales


Dejo con ustedes un excelente articulo de Robert Fisk, corresponsal en Medio Oriente del Diario británico The Independent y autor del libro "La gran guerra por la civilización". Queda mucho para pensar acerca del obcecado interés de occidente por controlar el liderazgo moral dentro de la sociedad internacional.
Disfrútenlo.

El que alguna vez fue aliado de EE.UU. ha sido sentenciado a muerte por crímenes de guerra que cometió cuando fue el mejor amigo de Washington en el mundo árabe. Estados Unidos sabía todo respecto de las atrocidades y hasta le proveyó gas, junto con los británicos. Sin embargo, la Casa Blanca declaró (el día que se dictó la sentencia) que era "un gran día para Irak". No podría ser un veredicto más justo ni uno más hipócrita. Es difícil pensar sobre un monstruo más adecuado para la horca, preferiblemente despachado por su verdugo , el igualmente monstruoso verdugo de la prisión de Abu Ghraib, Abu Widad, que les golpea a sus víctimas en la cabeza con un hacha si se atreveían a condenar al líder del Partido Socialista iraquí Baas antes de ahorcarlos. Pero no podemos mencionar Abu Ghraib en estos días, porque hemos sentido el trayecto de nuestra vergüenza de Saddam hasta la misma institución. Y al colgar a este hombre terrible, esperamos vernos mejor que él, para recordar a los iraquíes que la vida es mejor ahora que lo era bajo Saddam. Tan terrible es el infierno que hemos infligido a Irak que no podemos decir eso. La vida es ahora peor. O mejor dicho, la muerte visita a más iraquíes que lo que Saddam pudo inflingir a los chiitas y kurdos. De modo que no podemos reclamar superioridad moral. Porque si la inmoralidad y perversidad son la vara para medir nuestras inequidades, ¿qué dice sobre nosotros? Nosotros sólo abusamos sexualmente a prisioneros, matamos a unos pocos de ellos y asesinamos a algunos sospechosos. Además, ilegalmente invadimos un país que costó a Irak unas pocas 600 mil vidas. A nosotros no nos pueden juzgar ni ahorcar. Al ex asesino en masa iraquí se le prohibió describir su relación con Donald Rumsfeld, ahora Secretario de Defensa de George W. Bush. ¿Recuerda ese apretón de manos? Tampoco se le permitió hablar sobre el apoyo que recibió de George Bush padre. No es de sorprenderse entonces que los funcionarios iraquíes reclamaron la semana pasada que los norteamericanos los presionaron para sentenciar a Saddam antes de las elecciones legislativas de EE.UU. Aquí están algunas de las pocas cosas que no se permitió a Saddam comentar: la venta de productos químicos a su régimen estilo nazi que ha sido sentenciado a la horca por una masacre localizada de chiitas en lugar de todo el gas al por mayor que se aplicó a los kurdos. El 25 de mayo de 1994, el Comité del Senado Norteamericano sobre asuntos Bancarios, Vivienda y Urbanismo presentó un informe llamado "Exportaciones de uso dual relacionados con la guerra biológica y quimíca de Estados Unidos a Irak y su posible impacto en las consencuencias de la salud (sic) de la Guerra del Golfo Pérsico". Fue la Guerra de 1991 que impulsó nuestra liberación de Kuwait y fue presentado un informe al Congreso sobre los embarque aprobados por EE.UU. de agentes biológicos enviados por compañías norteamericanas a Irak desde 1985 o antes. El mismo informe indicó que EE.UU. entregó a Saddam materiales licenciados para "uso dual" que ayudaron a desarrollar los programas químicos, biológicos y de sistema de misiles, incluyendo una planta de producción para guerra química. También enviamos cloruro de tionilo a Irak en 1988. Este fue el mismo país, Reino Unido, que ocho años después prohibió la venta de vacuna contra la difteria para los niños de Irak porque se podría usar para "armas de destrucción masiva". En occidente nos quedamos callados cuando Saddam masacró a 180 mil kurdos en la gran limpieza étnica de 1987 y 1988. Pero ahora tenemos que dar a la gente de Irak pan y circo, el ahorcamiento final de Saddam, retorciéndose. Ganamos. Hemos infligido justicia al hombre cuyo país invadimos y dividimos. Lo extraño es que Irak ahora está repleto de asesinos en masa, culpables de violación y masacres partiendo gargantas y torturando desde nuestra "liberación" de Irak. Muchos de ellos trabajan para el gobierno iraquí al cual ahora estamos apoyando, elegido democráticamente, naturalmente. Y no todos serán juzgados o ahoracados. Hasta ahí llega nuestro cinismo y vergüenza. ¿Alguna vez se habrán juntado tan obscenamente la justicia y la hipocresía?

25 octubre 2006

Lo dijo Hollywood

Palabras del Principe Nasir, personaje de la película Syriana
Príncipe Nasir:
- "... y cuando un país tiene sólo el 5% de la población mundial, pero con el 50% del gasto total en defensa, ello quiere decir que el poder de persuasión de ese país está declinando."

16 octubre 2006

Happy Happy! Joy Joy! (o la felicidad como objetivo del Estado)




Luego de haber salido de mis deberes estudiantiles, el tiempo -que ahora me sobra- me da la posibilidad de retomar el blog, espero que ahora con una acualización más continua. Están pasando cosas afuera.
Para re-iniciar, les adjunto esta columna editorial de El Mercurio del 16 de Octubre, escrita por Lucas Serra. A raíz del nuevo libro de Eugenio Tironi, Serra trata en pocas líneas un tema que para mí resulta fundamental al divagar sobre el Deber Ser de la política: el dar las herramientas para permitirnos alcanzar un estado de Felicicad (eudaimonía, como lo llamaban los griegos). Veamos...

¿Es usted feliz? Piénselo bien. Quizás, en general, sí, pero a veces no; quizás algunos días se siente más feliz y otros menos. Quizás es, simplemente, infeliz. ¿Y qué lo haría más feliz? Tener más plata, o menos y más tiempo; mejor salud, enamorarse o, tal vez, volver a estar solo; tener más fe o liberarse de una vez de los dioses, ser más reconocido o pasar más piola, perdonar o perpetrar una venganza justiciera. En fin.

La felicidad, ese estado de ánimo difícil de definir y, más aún, de alcanzar, ha sido puesto en el debate por el último libro de Eugenio Tironi. Éste examina el cambio en el modelo de la sociedad chilena tras la transformación capitalista del régimen militar y de su profundización en democracia.

Habríamos transitado desde un modelo "europeo" a uno "estadounidense", caracterizado por "su libertad económica, su culto al trabajo y al éxito individual... altamente competitivo y adaptable al cambio". Tironi observa este cambio desde la pregunta por la felicidad. Y nos advierte: en Estados Unidos la gente es menos feliz que en Europa.

Tironi suele darnos miradas sociológicas sensibles y refrescantes. Algo hay de eso en este libro. Se enmarca, por lo demás, en la preocupación central de la sociología por los avatares de las sociedades en algún curso de modernización. Es interesante, además, el esfuerzo por pensar sociológicamente la felicidad, que parece tan personal y subjetiva.

Pero el libro es profundamente inquietante, pues tiene una dimensión normativa dirigida al Estado. Escribe Tironi: "La razón de ser de todo gobierno: expandir la felicidad de cada uno de los que forman parte de la so-ciedad". Esta idea ya estaba en algunos textos clásicos. Pero, ¿es moralmente plausible plantearla hoy? Creo que no.

Los gobiernos modernos se legitiman distinguiendo entre lo bueno y lo correcto. Reconocen que las personas pueden tener distintas concepciones del bien y que, dentro de un rango, esas concepciones son igualmente respetables. Para que esto sea así, deben pactarse ciertas reglas del juego, que necesariamente serán algo abstractas y bastante procedimentales. Éstas configuran lo correcto.

La felicidad parece estar más asociada a nuestras concepciones del bien, que son distintas, y, por esto, los gobiernos no deben matricularse con ninguna. Sí con el respeto de las reglas del juego. Pero no porque esto produzca felicidad (de hecho, puede producir infelicidad), sino porque es correcto. Me quedo con Kant: "Nadie puede obligarme a ser feliz a su modo".